¿Como se reza el rosario?

Y ahora les vamos a enseñar a rezar el Rosario. Lo primero es entender qué cosa es el Rosario y para qué sirve.
El Rosario es el arma de María para destruir el mal.
El Rosario es un arma (así lo llamaba el Padre Pío de Pietrelcina). ¿Para qué sirven las armas? Para matar. Pues bien, el Rosario es la única arma en el mundo que no mata al hombre, sino que mata ... (*el pecado, el mal...: hacer que lo digan los niños)
Si usaremos esa arma muchos, formaremos una gran “ARMADA”; un “Armada Blanca”, porque el blanco es el color de la Paz, el color de la Pureza, el color de la Inocencia.
Va a ser la única armada en el mundo que no hará la guerra, sino la Paz; que no provocará el odio, sino el Amor.
Formarán parte de esta “Armada Blanca” de la Virgen todos los niños del mundo que recen todos los días el Rosario, solos o en pequeños grupos de oración (“Los Nidos de oración de Armada Blanca”), con la propia familia, con sus parientes, con sus amigos. En las hojitas (trípticos) que les hemos dado está explicado cómo se forma “un Nido de Oración”. Y ahora vamos a ver cómo se reza el Rosario.

¿Tienen todos el Rosario? ¿Tienen todos la hojita con los misterios del Rosario? Bueno, ahora abrimos la hojita... Arriba está escrito: “El Santo Rosario”, y debajo, ¿qué dice? “Misterios gozosos”, luego “Misterios Luminosos”, luego “Misterios Dolorosos” y por último “Misterios Gloriosos”.

¿Qué cosa son los “misterios”? Son los momentos más importantes de la Vida de Jesús y de María: los primeros cinco son de alegría, de gozo; son los primeros momentos de la Vida de Jesús. Los cinco que siguen son los momentos más importantes de la vida pública de Jesús. Después siguen los cinco de dolor, porque son los momentos de la Pasión del Señor, los últimos momentos de su Vida. Y los últimos cinco son de gloria, o sea, del triunfo de Jesús y de María en la Resurrección y cuando subieron al Cielo.

Al lado de los “Misterios gozosos”, ¿qué cosa dice entre paréntesis? - “Lunes y Sábado".
Al lado de los “Misterios luminosos”, ¿qué dice? - “Jueves”.
Al lado de los “Misterios dolorosos”, ¿qué dice? - “Martes y Viernes”.
Al lado de los “Misterios gloriosos”, ¿qué dice? - “Miércoles y Domingo”.
Eso quiere decir que los misterios del Rosario son veinte, que estaría bien poder rezar todos los días los veinte misterios, pero que si alguien no puede rezar todos, que por lo menos rece los que son para ese día. Por ejemplo, ¿qué misterios decimos el Jueves? - “¡Los Luminosos!”. ¿Y el Sábado? - “¡Los Gozosos!” - Muy bien.

¿Hoy, qué día es? – (*los niños contestan). Pues entonces, ¿qué misterios decimos? (*los niños contestan) -  Bueno, ahora leemos lo que dice en el primer misterio: - “En el primer misterio ..... contemplamos (o sea, meditamos, pensamos) ........ (* todos juntos enuncian el misterio). Y ahora volvemos a doblar la hojita y nos la guardamos en el bolsillo.

Para empezar a rezar el Rosario hacemos todos juntos la señal de la Cruz, bien hecha, con calma y atención: - “En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén”.
Ahora tomamos el Rosario que llevamos al cuello y comenzamos tomando con dos dedos la imagen de la Virgen, y decimos: - “En el primer misterio gozoso (o luminoso, doloroso, glorioso...) contemplamos la Anunciación del Ángel a María ...” (o bien: “El Bautizo de Jesús”, o “La agonía de Jesús en el huerto de los Olivos”, o “la Resurrección de Jesús”).

Empezamos diciendo el Padrenuestro: la fila de la derecha dice conmigo la mitad y la fila de la izquierda dice la otra mitad (o si prefieren yo digo la primera parte y ustedes la segunda: Padre Nuestro que estás en el  Cielo ….
Sujeten ahora la primera bolita, después la imagen de la Virgen - no la que va hacia el Crucifijo, sino la que forma parte del Rosario - y decimos juntos el Ave María. Tomamos la segunda “cuenta” y sujétenla hasta terminar la segunda Ave María. Después la tercera... y ahora ya no les la digo más; vamos a ver quien logra contarlas todas hasta acabar el misterio... (*Cuando se llega a la penúltima Ave María, se pregunta a los niños: “¿Cuántas faltan?”  –“¡Una!” Muy bien.)

Ahora, niños, tengan entre los dedos la “cuenta” grande y decimos juntos el “Gloria al Padre...”, siempre la mitad cada grupo.
Y también la oración que la Virgen enseñó a los niños de Fátima el 13 de Julio, después de enseñarles el infierno. Búsquenla en su hojita. Ábranla y lean en la segunda columna, donde está escrito “Padre nuestro”; debajo dice “Ave María”; más abajo sigue “Gloria al Padre” y más abajo todavía: “Oh Jesús mío...”

La leemos todos juntos, lentamente: “Oh, Jesús mío, perdona nuestras culpas (pecados), líbranos del fuego del infierno y lleva al Cielo todas las almas, especialmente las más necesitadas de tu Misericordia”.

Hemos rezado el primer misterio del Rosario. Nos detenemos aquí, pero ustedes terminaran luego el Rosario por su cuenta. Para continuarlo hay que decir cual es el segundo misterio y - contando siempre con las bolitas o “cuentas” - rezar el Padre Nuestro y  después las diez “Ave Marías”...

Niños, recuerden que para rezar el Rosario se necesita más o menos quince minutos, o sea, la centésima parte del día... Si tienen cien caramelos y yo les pidiera uno, ¿me lo darían? ¡Sí! Pues bien, la Virgen les pide apenas la centésima parte de todo el día...

 

EL SACRIFICIO QUE LA VIRGEN PIDE

Los tres pastorcitos hacían muchos sacrificios; ¿por qué no hacemos también uno nosotros, para que la Paz llegue cuanto antes? ¡Sí! Pues bien, les digo cuál es la penitencia que la Virgen desea que hagan. Prepárense, porque yo sé que cuesta mucho:
¡La Virgen no les pide no beber agua o no comer, ¡les pide otro sacrificio! ¡La Virgen les pide no ver la televisión! Y ha explicado por qué nos pide eso: “¡La televisión los está destruyendo por tanta violencia, mentiras y falsos valores, malos ejemplos y falta de amor verdadero! ¡Ya no son capaces de pensar con su cabeza!”
Ahora yo les invito a que hagan esta penitencia, o de renunciar a los juegos de video por lo menos durante una semana. Aunque sería bueno que después renovaran este propósito.

¿Hay alguno que esté dispuesto a hacer esta penitencia? ¡Sí! Bueno, gracias también por esto. Y les recuerdo que un sacrificio entre mas cuesta hacerlo mas vale.

MANDEMOS UN BESO A MARIA

Antes de despedirnos, ¿le mandamos  un beso a María? ¡Sí!
Muy bien, vamos a intentarlo…
¡Gracias!
¿Le damos un aplauso y un canto a la Virgen? (Antes del encuentro decidir con los maestros cual canto hacer).